Mi historia con Fire Emblem (¡feliz 30 aniversario!)

Hoy es el 30 aniversario de la saga de rol estratégico Fire Emblem y también el de uno de los personajes que más me han gustado, el cumpleaños de mi querida Lucina. Actualmente sigo jugando al Fire Emblem Three Houses y voy por mi tercer gameplay, siendo profesora de la clase de los Ciervos Dorados. Unas 65 horas de juego en total (45 horas mi primera partida).

Aunque empecé a jugar cuando el Fire Emblem Awakening lo cierto es que ya conocía la saga. Muchos de nosotros la conocimos gracias al Super Smash Bros Melee. Unos desconocidos Marth y Roy eran personajes desbloqueables y además tenían una melodía de combate increíblemente chula. Me molaba muchísimo jugar con Roy y era uno de los personajes que solía escoger para luchar. Nintendo sacaría años después los primeros Fire Emblem en Europa, si no recuerdo mal, para la consola Game Boy Advance y después para Wii. Lo cierto es que me gustaban los personajes pero no me gustan en absoluto los juegos donde una caída en batalla significa que el personaje eliminado no vuelve. Tampoco es que me entusiasme la estrategia: los juegos con los que me he cruzado tienen un nivel de dificultad poco accesible para mí. Que soy torpe, vamos.

Este es Roy. Que guay eres, hijomío

Pero todo cambió con Fire Emblem Awakening para Nintendo 3DS. Curiosamente no lo compré ni fue un regalo sino que me tocó en un sorteo de una página web de figuras (porno en su mayoría pero ese es otro tema). Empecé a jugarlo y... ¡permitía la opción de que los personajes caídos resucitasen al final de batalla! oh, que maravilla. Y la historia es bonita, había opciones para casar personajes y como había viajes en el tiempo, reclutabas a sus hijos para tu equipo. Sí, habían "casualizado" la saga y ese juego lo petó en ventas e hizo que Nintendo sacase más juegos.

En particular me gustó Lucina. Era la protagonista del juego. Aparecía diciendo que su nombre era Marth, como el legendario héroe. Escondía su rostro bajo una máscara puesto que había viajado en el tiempo para evitar la muerte de su padre en manos de ti, el pregenerado que te creabas y cuyo nombre era Daraen. Lucina revelaba más adelante su rostro y nombre, nombre que compartía con la recién nacida y heredera del reino. Bum. Surprise madafacas. Era una chica con un marrón sobre los hombros, con una responsabilidad tremenda, viajando sola en el pasado y no pudiendo abrazar ni decirle a sus padres quien era ella. En realidad este recurso ya lo habíamos visto en muchas películas y series, siempre me viene a la cabeza Trunks de Dragon Ball, personaje que también me encanta.

Las peleas y batallas en el juego no eran difíciles por lo que me habitué mucho al sistema y han sabido mantenerlo y evolucionarlo en cada edición.

En realidad hay un juego que casi se carga lo que sentía por esta nueva saga y es el Fire Emblem Fates. Lo partieron en dos ediciones más un dlc final para descubrir la verdad de la historia. Muy mal Nintendo. El planteamiento era descubrir la misma idea desde el punto de vista de dos bandos enfrentados. Esta idea la rescataron para Fire Emblem Three Houses de una manera magistral. No recuerdo mucho la historia de Fates, pero en su momento me pareció muy soso e intentaron poner de nuevo la mecánica de tener hijos de una manera retorcida: en el juego había una dimensión donde los personajes se refugiaban. En esta dimensión el tiempo sucede más rápido, por lo que los personajes tuvieron hijos y los dejaron allí, siendo unos adolescentes cuando los puedes reclutar. Es ciertamente perturbador. En esta dimensión quisieron hacer una mecánica de personalizar una fortaleza con instalaciones para que participasen en batallas donde tuvieses que defenderla. Jugué un par de veces y creo que una obligada porque era la misión tutorial.

Lo cierto es que ver la misma historia desde dos prismas es interesante. Una lección de que lo que es bueno o malo depende del lado en el que estés. Que hay actos deleznables justificables y no tan justificables. Le dan mucha profundidad a la historia. Pero que la forma de meterte en medio sea que hayas nacido en un bando y te haya secuestrado y criado otro para que luego elijas entre tu familia real o tus secuestradores... mal, muy mal. En Cash Converters está muy barata la edición que no jugué así que estoy por pillarla tirada de precio y darle una segunda oportunidad a todo.

Esta es Lucina. Tiene rasgos muy masculinos por lo que podía hacerse pasar por hombre con relativa facilidad.

Al siguiente, Fire Emblem Ecchoes, apenas lo jugué. Lo que he visto me encantó peeero fue muy poco tiempo, me lo pude comprar pero mi curro era demasiado absorbente: 8 horas de trabajo, más casi dos de desplazamiento y las dos horas y media que debíamos estar en el bar de al lado de la empresa, una locura disfrutar de un videojuego esos ocho meses. Quizás lo retome cuando me pase por Galicia. Este juego es un remake de uno de los clásicos que creo que no llegaron a Europa. Pero aquí había un modo exploración bastante chulo, donde viajabas por mazmorras y encontrabas tesoros y donde luchabas contra quienes te encontrases por el camino. En el Three Houses lo implementaron en el modo de visitar el monasterio y la verdad es que mola ver el mundo no solo con la vista en tablero para las batallas. De nuevo, en este juego tienes una historia partida en dos. Empieza el héroe por una parte y la heroína por otro, al principio frustra porque cuando ya te familiarizas con un grupo te saltan al segundo y te corta el rollo un poco.

Ahora sí, toca hablar de Fire Emblem Three Houses. Que juego tan bonito, hecho con tanto mimo y con tanta rejugabilidad. La historia trata sobre Fódlan, un territorio bendecido por la diosa y en continuos enfrentamientos, donde media siempre la iglesia, que tiene su sede en un monasterio en las cordilleras limítrofes a los tres territorios: el Sacro Reino, el Imperio y la Alianza. En este monasterio está la academia de caballeros en el que te piden ser profesora. Según la elección de clase, los leones azules, los águilas negras o los ciervos dorados, enseñas a gente de las naciones ya dichas. Acompañando a tus alumnos observas la historia y la alternas para que le sea favorable a tus alumnos y nación a la que pertenecen. Para entender los conflictos y lo que se les pasa por la cabeza a cada bando es necesario jugar al menos tres veces el juego, por lo que te permiten traspasar una puntuación para comprar tus maestrías, apoyos... desbloqueados en gameplays anteriores.

Al principio el juego se hace un poco aburrido. Tienes que gestionar no solo batallas, sino mejorar la moral del equipo interactuando con ellos en el monasterio: haciéndoles regalos, encontrando sus objetos perdidos, ganando batallas de entrenamiento, invitándoles a comer... e invitándoles a una cita. Sí, esto es muy turbio pero prefiero lo del té que lo del Fates donde te aparecen en la habitación para que les des masajes y los acaricies... ufffff.

También tienes que gestionar las clases y las metas para promocionar a tus alumnos en arquetipos que les favorezcan. Si el juego no fuese tan fácil esto tendría un papel brutal en el desarrollo de batallas, pero no, si al final todos pegasos y que apalicen rápido antes de que aparezcan más enemigos en terreno de juego. Las clases se basan en decidir qué tipo de arma refuerzas, pero como muchas veces no son tus puntos fuertes (es absurdo dar clases de magia si eres guerrero) yo al menos me dedico a subirles mando y armas diversas por si a niveles avanzados lo necesitan (nunca lo necesitan, pero me gusta vivir en la mentira).

Al final gestionas combates, vida social, seminarios (otra mecánica de enseñanza pero es algo pasivo por parte del jugador), y cuándo les das día de descanso. Acabas planificando mentalmente los meses y qué harás en cada día en el que te permiten decidir.

Mi querida Lady Edelgard. Algo bueno de esta juego es que hay mucha representación bisexual.

La gracia de la vida social es ver quién se casa con quien, es verdad. Van desbloqueando apoyos entre personajes para conseguir modificadores en batalla. Me encantó ver como Hubert y Bernie acaban juntitos. A Bernie le da miedo Hubert y en general todo, para qué engañarlos, pero le acaba haciendo un bordado de flor para que lleve en la solapa de la chaqueta para que le de menos miedo y él acepta llevarlo. Son cosas super cucas y que enternecen el corazón de una fangirl.

Mi primer gameplay fue por la vía de Edelgard, la heredera del Imperio. Es la vía más oscura y llega un punto que te estalla todo en la cara, ya no es ese feliz monasterio, sino que toca movidotes y ella es la que hace que exista las tres vías en este juego (cuatro me dicen según si te ayuda Rhea o no si vas con el Sacro Reino y cinco con el dlc), aunque no quiero hacer spoilers, esta mujer pone en jaque todo el mundo y su concepción sobre el resto de bandos y de la propia iglesia. Es además de los tres protagonistas mi favorita, desde la primera conversación, es decidida y fuerte, no se deja intimidad o engañar, inteligente y gran líder. Y el cabrón de Hubert a su lado, ¡cómo te quiero bastardo!

Hacía demasiado tiempo que no me enganchaba tanto a un juego (creo que la última vez fue al Mass Effect y todavía estaba en la universidad) y hacía demasiado tiempo que no deseaba tanto vivir en ese mundo e incluso crear fanfics (tengo ideas en mente, pero no queréis oírlas, creedme).

Así que me alegro muchísimo que este juego haya sido un bombazo, porque se lo merece, y me alegro un montón de que Nintendo siga apostando por esta saga aunque da mucho por culo con el tema de dlcs. Así que feliz aniversario Fire Emblem y feliz cumpleaños Lucina.

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